A veces me preguntan, e incluso yo me lo pregunto a mí misma, qué es ser actriz. Hace tiempo que descubrí, que para mí ser actriz, o más bien dedicarme a un oficio artístico, es un estado interno, una forma de vivir y de mirar el mundo, y un compromiso vital que engloba muchas cosas, que confluyen finalmente en el objetivo de despertar conciencias. Para ello creo que los actores y las actrices debemos estar al servicio de la obra, ya que somos un mero canal a través del cual se expresa el alma del personaje. A menudo pienso que yo no voy a los personajes, más bien los personajes me buscan, vienen a mí cuando, desde allá, en el éter, donde habitan, resuenan con algo mío que les puede servir para cobrar vida. Así que para mí lo importante, como dijo Stanislavsky, es «vivir en el arte», «amar el arte que hay en nosotros y no a nosotros en el arte». Y por eso yo un día descubrí que, independientemente de que me llamen para hacer una serie, una obra de teatro; de estar autoproduciéndome un pequeño espectáculo, reciclándome como actriz en un curso; dirigiendo, escribiendo, impartiendo clases de interpretación o inventándome historias en casa mientras le hago la comida a mi hijo; siempre seré actriz.
Vivir en el arte tiene que ver con ir en el metro observando a la gente, imaginando sus vidas y tratando de penetrar en sus almas; ir por la calle escudriñando a través de las ventanas de los edificios, pensando cómo sería vivir ahí y construyendo unas circunstancias y un mundo para esa vida imaginaria; observar lo que me rodea sin juicios, como si fuera la primera vez, porque cualquier situación cotidiana puede esconder poesía; tiene que ver con vivir, sentir y percibir, a la vez que trato de embotellar cada emoción, recuerdo o sensación, hasta lo más duro o desagradable; para luego usarlo para el arte. También creo que todo el mundo lleva la semilla de la creación dentro, y que tan sólo hace falta regarla un poquito, aunque sea tan sólo para estar un poco más sanos y ser un poco más felices y hacer de este mundo un lugar más bello y más amable. Yo decidí dedicar mi vida a ello, sea como sea, de distintas formas y maneras. Por eso supe un día que, pasara lo que pasara, siempre, siempre, sería actriz.